Época: Guerra de Vietnam
Inicio: Año 1968
Fin: Año 1968




Comentario

La base de Khe Sanh se encontraba situada en un altiplano, a unos 25 kilómetros de la frontera con Vietnam del Norte; además de tener un aeropuerto, dominaba la carretera nacional número 9, importante vía de comunicación entre Laos y las ciudades survietnamitas de Hué, la vieja capital imperial, y de Quang Tri.
La fuerza militar presente en Khe Sanh en enero de 1968 era de unos 6.000 marines americanos, además del 37° batallón ranger sur-vietnamita.

Durante los últimos meses de 1967 y los primeros días de enero se produjeron numerosos movimientos de tropas nord-vietnamitas a lo largo del camino de Ho Chi Minh y la zona desmilitarizada que se había posicionado en las cercanías de la base.

Desde comienzos del mes de enero, las posiciones americanas habían comenzado a estar sometidas a un extraño, pero continuo, tiro de artillería; exceptuando algunos encuentros aislados entre patrullas, la verdadera batalla comenzó el 21 de enero.

En dicha fecha, las unidades nord-vietnamitas atacaron la cota 861, protegidos por un violentísimo fuego de cobertura de artillería.

Para los defensores de Khe Sanh, el primer día de batalla fue tal vez el más problemático debido a que un disparo de artillería hizo explotar un depósito de municiones causando numerosos daños dentro del perímetro de la base.

Elemento común a todo el tiempo del asedio fue el continuo fuego de cañonería de entrada y salida que, junto con los bombardeos realizados por los cazabombarderos americanos y por los B 52 fuera del perímetro de la base y sobre las líneas ferroviarias enemigas, creaba una atmósfera apocalíptica.

El general Westmoreland, comandante de las fuerzas americanas en Vietnam pensaba que el asedio era un intento nord-vietnamita de crear una nueva "Dien Bien Phu", la batalla que hacía catorce años había significado la derrota final de los franceses en Indochina: el abandono de la base y del área circunstante no se podía proponer de ninguna manera. También porque, entre otras cosas, tal vez habría hecho caer la totalidad de la provincia de Quang Tri.

Al comienzo se lanzaron una serie de ataques con la finalidad de probar las defensas americanas y, sobre todo, para intentar conquistar las cotas 881 norte, 881 sur, 861 689, 950 y 1050, situadas alrededor de la plaza fuerte principal y defendidas cada una de ellas por una compañía de marines.

La elección americana de conquistar las colinas que dominaban la base fue de importancia capital y evitó que se repitiera el error que habían cometido los franceses en el pasado.

Las armas básicas individuales en dotación para los marines americanos eran el fusil automático M 16 (cal. 223), la ametralladora M 60 (cal. 7,62) usada como soporte de escuadra y el lanzabazocas M 70 (cal. 40).

Los soldados regulares nord-vietnamitas estaban equipados por su parte con el fusil automático AK 47 (cal. 7,62) y con la carabina SKS Simonov (cal. 7,62).

Los combates alrededor de Khe Sanh y de las colinas fueron los clásicos encuentros de infantería en los que los soldados de los dos bandos se batieron en combates especialmente duros que se resolvieron, en algunos casos, hasta la última gota de sangre, con bayonetas y bombas de mano; con todo, el M 16 y el AK 47 fueron los verdaderos protagonistas.

Considerando las dos armas, hay que decir que ambas son de buen nivel y no presentan anomalías especiales; por otra parte, el peso reducido favorece su manejo. Todo lo más, al usarlas en el campo de batalla se notó que el M 16 necesita una atención mayor que el AK 47 por lo que se refiere a la limpieza, especialmente en zonas fangosas y después de desencadenarse violentas perturbaciones monzónicas.

Es por ello por lo que después de un primer período de utilización en Vietnam, junto con el M 16 se entregaba un kit de mantenimiento para evitar los inconvenientes que generaban la poca limpieza del arma.

Algunos militares con experiencia de combate con varios tipos de armas han criticado el proyectil del M 16 en calibre 5,56 mm, en relación con el del AK 47 en calibre 7,62 mm, debido a su escaso poder de contención, definido como "knockdown power".

En los encuentros a corta distancia, así como en los combates realizados para controlar las colinas de alrededor de Khe Sanh, la utilización del M 16 era a veces peligrosa ya que el enemigo resultaba tan sólo herido por su pequeño y rápido proyectil que, si no dañaba órganos vitales, permitía seguir combatiendo.

En los encuentros en la jungla, los vietnamitas heridos estaban incluso en grado, en algunos casos, de huir y refugiarse rápidamente en la vegetación, aun dejando detrás de sí una vistosa estría de sangre.

Frente a la desventaja de la ligereza del proyectil se contraponían para los defensores de Khe Sanh algunos elementos a favor: en primer lugar, la superior celeridad de fuego del M 16 que, en tiro automático y sin problemas de escasez de munición, estaba en grado de golpear un área determinada, haciéndola casi inaccesible.

En los encuentros normales entre patrullas en la jungla, ambos contendientes, después de los primeros minutos, tenían que controlar y ahorrar las municiones, problema que no tenían los defensores de Khe Sanh. Los americanos disponían de un gran número de municiones gracias a los aviones de aprovisionamiento. Sin embargo, para los atacantes nord-vietnamitas, la munición no era tan abundante y, además, tenían que llevarla siempre encima, estando limitados por el número de cargadores a disposición y teniendo que racionar en algunos casos los cartuchos.

Otro elemento que no hay que minusvalorar es que el fusil M 16, usado en funcionamiento semiautomático, es perfectamente idóneo para el tiro con mira a distancias medias, cosa que no se puede decir del AK 47. Por tanto, los americanos, emplazados en las colinas, estaban en grado de hacerse con cualquier asaltante, puesto que estaban en posiciones muy ventajosas.

Un último elemento a tener en cuenta, esta vez a favor del AK 47, es su excepcional robustez tanto en las partes de metal impreso como en las de madera, todas ellas de óptima calidad.

Añadido al intenso fuego de flanco y a los asaltos de limitadas proporciones contra varios puntos de las defensas americanas, las fuerzas nord-vietnamitas realizaron dos ataques masivos contra las bases principales. Sin embargo, en realidad no estuvieron nunca en grado de alcanzar el perímetro interior, debido principalmente a los bombardeos de los B 52 que trataron de dispersar y destruir las concentraciones de nord-vietnamitas antes de que se produjeran los ataques a gran escala.

El último intento de ataque se produjo la noche del 30 de marzo sin haber podido obtener aún ningún resultado. Al desaparecer el viento monzón, las nubes y la niebla que durante mucho tiempo habían protegido a las unidades nord-vietnamitas, comenzó para ellos el repliegue, acelerado por el avance de las unidades americanas y sur-vietnamitas que ayudaban a la base.

El 9 de abril terminaron los bombardeos.

El abastecimiento aéreo fue fundamental para la supervivencia de Khe Sanh y los destacamentos situados en las colinas circunstantes. Dicho abastecimiento se produjo en parte mediante material que se descargaba desde los aviones que aterrizaban en la pista, aunque principalmente los aviones de abastecimiento descargaban lanzando la mercancía en paracaídas durante las pasadas rasantes a unos dos metros de la pista.

Además de los vehículos de ala fija, también los helicópteros dieron una contribución importante en las misiones de abastecimiento y, en particular, en las destinadas a los defensores de las colinas.

Las pérdidas para el cuerpo de los marines pudieron ser cuantificadas en 205 hombres muertos y en 1.668 heridos.

Cuatro aviones y diecisiete helicópteros fueron destruidos.

Las pérdidas nordvietnamitas no se conocen, aunque al finalizar los diversos ataques se encontraron 1.602 soldados muertos, y se supone que entre 10.000 y 15.000 hombres murieron bajo los bombardeos aéreos y el fuego de la artillería.

Analizando a posteriori la batalla se puede afirmar que el asedio que ejercieron los nordvietnamitas, además de su analogía con la batalla de "Dien Bien Phu", sirvió de pasatiempo en comparación con la ofensiva que lanzaron durante el Tet, el fin de año budista: un ataque desencadenado el 30 de enero de 1968 en treinta y seis ciudades del sur sin haber podido obtener la tan esperada sublevación popular.

Desde el punto de vista militar, ambas acciones fueron un clamoroso fracaso; el gobierno de Saigón sobrevivió al reto, mientras que el ejército sur-vietnamita se rindió ante el esfuerzo pero eliminando un buen número de soldados enemigos, obteniendo al mismo tiempo durante los meses sucesivos una más que evidente caída en las actividades enemigas.